Cinco lecciones que aprender tras la polémica de Roi Méndez en redes sociales por su foto con Photoshop

Una crisis de reputación online puede provocar una gran pérdida de confianza, ¿cómo lo evitamos?

Hace unos días el cantante Roi Méndez, conocido tras su paso por ‘Operación Triunfo 2017′, publicó en su cuenta de Instagram una foto de su concierto en Torrejón. En ella podíamos verlo sonriendo junto a su banda y a una gran masa de personas detrás. Típica foto de concierto exitoso que los artistas publican en redes porque reafirman su éxito y el de sus espectáculos.

Hasta aquí todo bien, si no fuera porque la foto no era real: estaba modificada con Photoshop para multiplicar al público que había asistido al concierto, copiando a un grupo de personas del público que se veía en la foto hasta cinco veces. Una usuaria de Twitter lo descubrió y lo publicó en un hilo que acumula más de 13.000 retweets: «Cantar no sé, pero el Photoshop mazo bien», comentaba.

La respuesta de Roi Méndez tras la polémica

Los comentarios críticos en redes sociales no se hicieron esperar. ¿Qué hizo Roi? Lo primero, borrar la foto de Instagram, y unas horas después, publicar el siguiente tweet en el que bromeaba sobre este asunto con una foto donde su pelo estaba formado por ese trozo de la foto que estaba multiplicado y preguntaba a los seguidores qué les parecía su «nuevo corte de pelo».

Sin embargo, las críticas continuaron ya que este tweet lo que hizo fue incrementar el enfado de muchos usuarios que lo interpretaron como que el artista volvía a reírse de ellos en lugar de explicar lo que había sucedido.

Así que unas horas más tarde, viendo que este movimiento continuaba, decidió explicar lo sucedido en sus Stories de Instagram diciendo lo siguiente:

Bueno, no tenía pensado hacer esto, pero creo que tengo que hacerlo porque se está haciendo un poco de bola y creo que está bien que yo dé mi opinión aunque ahora haya gente que piense que es una excusa o lo que sea, pero bueno voy a contar mi versión para los que lo queráis saber.

A mí me llega una foto editada por una persona de mi confianza. Una foto. Y al igual que cuando me voy a hacer una sesión no pregunto qué filtro lleva, si me quitaron un grano, si estoy más moreno, si me plancharon la camisa, no lo pregunto, simplemente veo la foto y digo: «Está guay». Pues esa foto la vi y dije: «Vale, está perfecta», y la subí.

¿Qué pasa? Que cuando me doy cuenta de que hay personas iguales en el fondo digo «hostia puta, qué cagada», pero bueno, en cuanto veo que la gente se está dando cuenta la borro y decido hacer coña con eso. Coña en plan que si me hago un montaje con mi pelo, tal…

Esas cosas que subí no era en plan «os la quería colar, qué guay soy». No, es en plan «soy subnormal, acabo de subir la foto que no es». Lo más gracioso de todo es que la foto normal, que la voy a subir ahora, es igual. Lo que pasa es que hay un hueco que no está relleno.

Entonces, me hace gracia que si soy yo el primero que se ríe de mi propio fallo a la gente no le valga. Si yo soy el primero al que le da igual tocar delante de mucha o poca gente, de hecho en esta gira he hecho conciertos para 120 personas y salgo como un animal y lo disfruto porque sé valorar las cosas. Porque sé lo que es tocar para dos personas, o bueno, para menos de dos creo que nunca lo hice, y valoro cada gesto y cada detalle de una persona que se compre una entrada para verme yo lo valoro.

Entonces me hace gracia todo lo que se está formando, pero parece que no os parece bien que me haga gracia, no sé si me explico.

Lo peor de todo es que la foto real, publicada después por él mismo en sus stories, es prácticamente igual. Aunque no esté justificado en ningún caso, ¿qué necesidad había?

Las lecciones de redes sociales que debemos aprender de esta crisis de reputación online

Tras conocer todo lo ocurrido, hay algunas lecciones que Roi Méndez, o cualquier usuario que esté en redes sociales, especialmente si tiene repercusión, debería aprender:

1. El humor es bueno en redes sociales, pero no siempre

Roi se ha enfrentado a una crisis de reputación online al engañar (aunque, según sus palabras, haya sido sin él saberlo) a sus seguidores publicando una imagen falsa y, tras ser descubierto, usar su característico humor para remediarlo en lugar de hacer frente desde el principio a lo que había sucedido, provocando en sus seguidores la sensación de que se está riendo de ellos (otra vez) aunque no fuera esa su intención.

Si quieres hacer humor, hazlo, pero en casos como este no puede ser la primera respuesta que se dé ya que lo único que vas a conseguir es enfadar más a la gente en lugar de pasar página. Y es que no siempre el humor es la mejor opción, de hecho a veces es contraproducente.

2. No se puede engañar a los usuarios en redes sociales

Parece algo simple y evidente, pero es uno de los grandes males de nuestra época. Los usuarios quieren conocer la verdad y conseguir fidelizarlos es una de las tareas más complicadas, así que sucesos como estos dañan mucho la reputación del artista, provocando que la confianza en ellos baje y que en un futuro sus seguidores duden cuando les esté mostrando alguna otra cosa: ¿Y si esta vez también es mentira?

Y es que aunque en redes sociales siempre se intente mostrar la mejor cara, seleccionando la mejor foto o la mejor pose, hay barreras como estas que no se pueden superar, sobre todo porque no es una broma o algo evidente que puede generar interés en los usuarios sin llegar a molestarlos.

3. Nadie es perfecto y rectificar es de sabios

Aunque la «culpa» no sea directamente de Roi, según comenta él mismo, con el borrado de la foto inicial de su Instagram dejó claro que no era una estrategia ni una broma pensada de antemano. Por tanto esa explicación posterior era necesaria para que todos supieran lo que había ocurrido.

Disculparse con los seguidores tras algo así puede provocar incluso un aumento de su confianza, ya que siempre vamos a confiar más en una persona que se equivoca (aunque el error sea grande) pero sabe rectificar y explicar lo que ha ocurrido, a una persona que tras equivocarse no lo reconoce.

4. Los usuarios de las redes sociales no tienen el poder de leer mentes

En su explicación, Roi comentaba que no entendía por qué si él se reía de su propio error, a los usuarios de las redes sociales no les valía: «parece que no os parece bien que me haga gracia».

Y esta es una de las grandes lecciones a tener en cuenta, y muy fácil además: la gente no sabía lo que había sucedido realmente, no están en su mente y con los hechos que se conocían todo apuntaba más a un intento de engaño que a un error al publicar una foto que creías correcta.

Incluso aunque los fans lo defiendan sin conocer la verdad, son personas e igualmente pueden sentirse defraudados por este tipo de cosas si no se da una explicación posterior. Porque sí, ahora están ahí, pero, ¿cuánto tiempo más se quedarán? Cuidarlos es clave.

Por otro lado, un usuario que critica desde el respeto no es siempre un enemigo o un trol, y en lugar de hacer las cosas bien desde el principio de la resolución para intentar acercarlos a ti, lo que provoca es que muchos de los que estaban a tu lado se alejen en el momento o se terminen alejando más adelante por falta de confianza.

Y es que si el fan se siente engañado terminará abandonando el barco. De hecho, el día posterior a este descubrimiento Roi perdió en Instagram el doble de seguidores de su media de decrecimiento diario y en Twitter el número de personas que lo dejaron de seguir se cuadruplicó respecto a los días con más pérdidas de este mes.

5. Planificar de forma profesional y no ser impulsivo

Muchas personas piensan que como todo el mundo puede acceder a las redes sociales y los móviles de ahora sacan fotos y vídeos muy buenos, todos son profesionales de las redes sociales, pero no es así ni de lejos. Y cada día hay muchos ejemplos que lo demuestran, este entre ellos.

Esta labor requiere de mucha preparación, dedicación y experiencia, y aunque el error de la foto podría haber sucedido, seguir el camino más adecuado para solucionarlo bien a la primera hubiera sido esencial para que la bola no se hiciese mayor.

Incluso para planificar bromas o respuestas divertidas es necesario contar con un profesional que prepare o revise la estrategia, más aun cuando son cuentas con gran repercusión.

Foto de la noticia: © José Irún